Hacer una excursión a Isla Contoy definitivamente no figuraba en mi lista de deseos cuando decidí viajar a Cancún con mis amigas. La intención de mi escapada de una semana al Caribe Mexicano tenía por objetivo distraerme del estrés que ha representado el encierro por la pandemia y de la extraña mezcolanza de sensaciones que me genera trabajar desde casa, en espacios que antes estaban reservados únicamente para mi descanso.

Adiós a mi sueño de bar de alberca
En mi mente tenía solo una meta cuando llegamos a nuestro todo incluido frente al mar: Pasar el mayor tiempo posible metida en la alberca para adultos, cerca del swim-up bar, para pedir una piña colada tras otra. Solo saldría del agua para ir por una pizza, una hamburguesa, taquitos o “cenar en forma”.
En fin, ese era mi ideal de desenfreno all inclusive y así transcurrió hasta el tercer día. Todo cambió cuando María y Fernanda me avisaron que habían reservado para todo el grupo una excursión a Isla Contoy. Al principio protesté, ¡claro! “¿Dónde diablos está esa isla y por qué se meten con mis planes?”.

Isla Contoy, ¡allá vamos!
Las chicas lograron apaciguar mi mala vibra cuando me dijeron que Isla Contoy no es habitada por humanos y que es un “santuario natural con algunos de los escenarios más increíbles de todo México”. No olvidaron mencionar que el barco también pararía en Isla Mujeres; ese sí, un lugar que me interesaba visitar por su famosa Playa Norte. Por supuesto que recordaron decirme que en el barco habría barra libre.

Salimos no muy temprano del hotel, lo cual fue una gran bendición, porque no soy precisamente un “ave madrugadora”. A las 9:00 a.m. estábamos rumbo a una marina en Punta Sam, cerca de la Zona Hotelera de Cancún. Desayunamos café y pan dulce; nada espectacular, pero adecuado para la travesía en barco que viviríamos.
Primera parada: Arrecife Ixlaché
Fuimos de cero a cien en minutos. Y no me refiero a la velocidad del barco, sino a que cuando me di cuenta, ya me estaba probando aletas, visor y snorkel. ¡De pronto, todas estábamos nadando entre peces frente a un precioso arrecife! Yo ya había hecho algo similar en otras vacaciones en el Pacífico, así que rapidísimo agarré la onda. Para otras personas, que dijeron esta era su primera vez snorkeleando, hubo atención más cercana y cuidadosa por parte de la tripulación. ¡Estuvo in-cre-í-ble!

Luego de regresar a la embarcación, abrieron la barra libre. Contrario a lo que pensé originalmente, me la llevé leve. Ahora estaba más interesada en ver qué más viviríamos en el recorrido que en andar turulata. Aunque no voy a mentir, sí me eché mis dos o tres “desarmadores”.
¿Qué hacer en Isla Contoy?
Recuerdo vívidamente cuando apareció Isla Contoy en el horizonte, ¡todo el lugar era de un color verde intenso! Volaban pájaros por todos lados. Conforme nos fuimos acercando a la isla, fueron cada vez más visibles las hermosas playas, un faro y algunas instalaciones donde trabajan y duermen un puñado de biólogos.

El lugar es simplemente fascinante. Seguimos al guía embobadas y haciendo muchas preguntas. Entramos a su pequeño museo de sitio, donde nos explicaron que solo 200 personas pueden visitar la isla cada día. Nos dijeron también que en las costas de Contoy desovan tres tipos de tortugas marinas, que 70% de la isla está cubierta por manglares y que este ecosistema es hogar de más de 150 especies de aves.

Subimos al mirador, donde contemplamos una vista que nos dejó con la boca abierta. Tomamos cientos de fotos y videos y luego tuvimos tiempo libre para explorar los senderos y broncearnos en la playa de Contoy, que es de suave arena blanca. Nada de hoteles ni bares por ningún lado. ¡Tuvimos bien cerquita montones de golondrinas, garzas, pelícanos, cormoranes y fragatas!

¿Por qué te recomiendo hacer una excursión a Isla Contoy?
Si una flojonaza empedernida, sedentaria como yo sola, pudo entusiasmarse con este viaje en barco y amar un lugar prácticamente virgen como Isla Contoy, imagínate lo que este recorrido hará por ti y tu apreciación por la naturaleza. ¡Ahora quiero vivir más experiencias de ecoturismo en Cancún y en otras áreas de México!

La última parte de la aventura tiene lugar en Isla Mujeres, un rinconcito muy tradicional cercano a Cancún. Llegamos a un club de playa muy lindo donde comimos y nos relajamos. Luego hicimos una parada en el centro de la isla, compramos souvenirs y listo.
El viaje de vuelta a Cancún en barco lo ocupé en fijar mi mirada en el horizonte y en agradecer la fortuna que tengo de estar sana, con mis amigas y recorriendo mi hermoso país. ¡Tú también haz esta excursión a Isla Contoy!