Aunque todo me encantó, hay un momento en particular de nuestra escapada que atesoraré por siempre: nuestra cena a bordo del barco Columbus Cancún. ¡Suspiro solo de escribirlo!
¿Te acuerdas? Hace ya varios meses que regresamos de nuestras vacaciones en Cancún, pero yo solo tengo que cerrar los ojos un momento y siento como si estuviera ahí de nuevo. Nuestra habitación estaba lindísima y la playa súper hermosa. Además, nos tocó un clima increíble, soleado y fresco; quizá porque viajamos en Septiembre, empezando el otoño.

El barco Columbus Cancún ofrece un paseo ideal para enamorados
Cruzamos en ferry a Cozumel, hicimos un tour a Isla Mujeres en catamarán y hasta manejamos un bote por los manglares a toda velocidad. Todo eso fue muy divertido, pero la verdad es que a mí lo que más me gustó hacer contigo fue el tour Columbus Cancún. ¡Es el mejor regalo de aniversario que pudiste haberme dado!
Hasta la espera fue emocionante
Siempre nos ha gustado arreglarnos para salir a cenar, ¿verdad? Como esta era una ocasión especial, me esmeré de más y vi recompensado mi esfuerzo cuando nos encontramos en el lobby. ¡Sabía que te encantaría verme con ese vestido y el cabello suelto! La mirada con la que me acariciaste toda me enchinó la piel.

Tú, tan galante como siempre, me invitaste a sentarme y me cubriste de halagos antes de robarme un beso. Luego, tomamos un par de tragos en el bar, salimos del hotel tomados de la mano y nos encaminamos a la marina del barco Columbus.
Una puesta de sol y un barco para suspirar

Esperamos brevemente en el muelle, en lo que llegaban otras parejas. Mientras tanto, observamos al que sería nuestro transporte: el barco Columbus Cancún. ¿Recuerdas que bromeamos respecto a que se parece a las ilustraciones de las carabelas de Colón que vimos en la primaria hace ya muchos años? Es un bote de vela clásico construido totalmente en madera de color natural. ¡Está precioso!

Abordamos y tomamos nuestros lugares en la cubierta mientras la tripulación nos daba la bienvenida y el barco empezaba a desplazarse por la laguna. Yo no podía dejar de ver cómo el atardecer iluminaba tu cara dándole un tono rojizo, perdiéndome en tu sonrisa.

Música, cocteles y comida deliciosos
Al poco rato de empezado el paseo, se hizo presente un músico buenísimo. Tocó el saxofón a lo largo de la velada y eso creó una atmósfera súper sexy. ¡Hasta tocó una canción que tú le pediste! Recuerdo que tú estuviste pidiendo vino de la casa y yo ordené piñas coladas, mi coctel favorito.

No solo el jazz y la sensualidad flotaban en el aire, ¡también el aroma de la langosta y los cortes de carne que el chef preparaba a la parrilla al otro lado del barco! Agradecimos cuando llegó el momento de la cena, porque ambos desfallecíamos de hambre. ¿Quizá debimos haber comido algo ligero antes del paseo? La espera valió la pena, todo estuvo riquísimo: la carne, la cola de langosta a la mantequilla y el pastel del postre.
Nos veremos de nuevo, Columbus Cancún
Retirados platos y cubiertos, con los últimos rayos del sol en el horizonte y algunas estrellas en el cielo, disfrutamos abrazados el resto del paseo. Bailamos al ritmo de la música y me recitaste al oído un fragmento de un poema de Jaime Sabines, “Los Amorosos”.

Volvimos al hotel súper acaramelados y nadie nos volvió a ver sino hasta el mediodía siguiente. ¡Vaya que mejora una celebración de aniversario con una cena así de espectacular! ¿O tú qué opinas?
¡Dime qué piensas! Yo quisiera repetir nuestra experiencia en el tour Columbus Cancún cuando volvamos al Caribe de vacaciones.